En el octavo día de circuito, el protagonismo se lo llevan, sobre todo, las gentes del desierto. Pero antes de encontrarnos con ellas, merecerá la pena madrugar para contemplar el amanecer, que en las dunas de Erg Chebbi siempre tiene un color especial.
Tras regresar a Merzouga en dromedario, emprenderemos una ruta por distintos rincones del desierto. Uno de ellos es Khamlia. Allí nos esperan músicos del género gnawa, con raíces subsaharianas por haber sido traído por esclavos en rutas caravaneras. Desplegarán una actuación en vivo, repleta de ritmos tribales y emoción a raudales.
Más sosegadas pero igual de admirables son las familias nómadas que visitaremos en otro punto del desierto: conviviremos con ellas para entender mejor cómo sobreviven en un entorno tan duro, y eso nos aportará muchas enseñanzas sobre la capacidad de adaptación al medio. Todo ello, con la mediación de nuestro chófer-guía, generando así un clima de confianza para todos.
Y entre un punto y otro, pistas de tierra del desierto, que recorreremos en 4×4. Pero no son pistas cualquiera, sino las que hace años recorrían los coches y motos del rally París-Dakar. Pasaremos por minas abandonadas de kohl, un mineral usado tiempo atrás para la cosmética. Y en el punto más elevado de la ruta, nos detendremos para ver la extensión de las dunas de Erg Chebbi.
En la noche de este día no regresaremos a ellas, sino que acudiremos a un espectacular hotel-kasbah para la cena y el alojamiento. Todo un oasis de confort bereber en mitad del desierto.
Resumen de la jornada
- Amanecer en las dunas de Erg Chebbi
- Desayuno en el campamento de jaimas
- Ruta por el desierto:
- Khamlia: actuación gnawa
- Convivencia con familia nómada
- Pistas del Rally París-Dakar
- Cena y noche en hotel-kasbah en Merzouga