En este segundo día de circuito, conviene madrugar más que el sol: el espectáculo que supone el amanecer en las dunas del desierto bien merece un esfuerzo. Solo así, sin edificios ni accidentes naturales que nos tapen la visión, podremos admirar las mágicas luces que encienden el alba.
Después se ofrecerá el desayuno en el campamento de jaimas y, acto seguido, regresaremos a Merzouga para emprender otra ruta muy distinta por el desierto: en este caso, en 4×4 a través de pistas del antiguo París-Dakar, con paradas en puntos estratégicos.
Un primer punto será Khamlia, conocido con cariño como ‘el pueblo de los negros’: sus moradores, descendientes de esclavos, llevan la música en los genes y son los principales valedores del género gnawa, rico en ritmos de percusión acompañados de una danza. Nada mejor para admirarlo que con una actuación en vivo.
Más austera es la vida de las familias seminómadas que aún pueblan el desierto. Y con una de ellas pasaremos un agradable rato, mientras nos cuentan sus quehaceres cotidianos en un entorno tan difícil. Su capacidad de resistencia, adaptación y aprovechamiento de los recursos nos hará reflexionar sobre sentido de la vida moderna.
Todo ello poblará nuestra mente, así como las vistas panorámicas de Erg Chebbi lo harán en la retina, mientras llegamos al hotel-kasbah que os acogerá en esta segunda y última noche. Tranquilidad, ambientación bereber y cena típica son algunos de los atractivos de este alojamiento con encanto.
Resumen de la jornada
- Amanecer en las dunas de Erg Chebbi
- Desayuno en campamento de jaimas
- Regreso a Merzouga en dromedario
- Ruta por el desierto en 4×4:
- Khamlia y actuación gnawa
- Pistas del París-Dakar
- Convivencia con familia nómada
- Cena y noche en hotel-kasbah en Merzouga