Como puedes consultar en este blog, hemos dedicado otros posts a descubrir la sorprendente huella española y portuguesa en este país. Pero, ¿hay también una huella americana en Marruecos? ¿Dónde y por qué? En este post te damos algunos detalles de información que te gustará conocer.
Tánger: la ciudad con mayor legado norteamericano
Para descubrir la huella americana en Marruecos, es imprescindible viajar hasta Tánger, la ciudad donde el legado está más presente. Esto es así porque en la primera mitad del siglo XX tuvo el estatus de Zona Internacional, haciendo que aquí se establecieran numerosos diplomáticos y funcionarios de los Estados Unidos.
Por ello, uno de los principales museos a visitar en la ciudad es el Museo de la Legación Americana, un bonito palacio de estilo andalusí que hoy conmemora las relaciones diplomáticas entre ambos países, pues Marruecos ha sido siempre un aliado estratégico en el Magreb. En sus salas encontrarás una sala de espías, fotografías, mapas, documentos de valor, una biblioteca de investigación y un centro cultural que organiza actividades relacionadas.
Uno de los espacios más destacados de este museo es la recreación del estudio de Paul Bowles, famoso escritor de aquel país que se estableció de manera permanente en Tánger. Esta ciudad fue motivo de inspiración para sus novelas, algunas de las cuales luego fueron adaptadas al cine. Ejemplos de ello son El cielo protector o Déjala que caiga.
En cualquier caso, no fue el único escritor que tuvo presencia en Tánger, la ciudad literaria por antonomasia en Marruecos. Otros como Jack Kerouac también sintieron inspiración y predilección por ella, considerándola perfecta para la generación beat.
Casablanca y otros hits de Hollywood
Una de las industrias más universales e influyentes de Estados Unidos es, sin duda, la cinematográfica. Así que el cine también ha contribuido a dejar una importante huella americana en Marruecos, gracias a películas ambientadas aquí o inspiradas en el país.
Quizás el título más conocido y eterno es Casablanca. Curiosamente, esta película rodada en 1942 y protagonizada por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, no se grabó en Marruecos, pues se emplearon sólo estudios cinematográficos para la ocasión. Ni siquiera el famoso Café de Rick existía en verdad. Sin embargo, dado su rol central en el filme y la curiosidad de los turistas que preguntaban por él, se decidió recrear uno al efecto, que funciona como tal, con el mismo nombre. En realidad, es un riad de los años 30, cuyo interior recuerda al local de reunión de los protagonistas.
Pero Casablanca no es la única aportación de Hollywood en Marruecos: los más cinéfilos tienen una cita ineludible con Atlas Studios, en la ciudad de Ouarzazate, al sur del Atlas. Son los estudios cinematográficos más importantes del país y quizás de África, y aquí se han rodado largometrajes anglosajones de la talla de Lawrence de Arabia.
Essaouira, inspiración para Jimi Hendrix
Los viajeros estadounidenses que lleguen hasta Essaouira se darán cuenta de la gran presencia que tiene un mítico compatriota: Jimi Hendrix. Su imagen actúa como reclamo, pues es motivo de orgullo para la ciudad que este músico de Seattle pasara aquí uno de los momentos más trascendentales de su carrera.
Fue en las vacaciones de 1969, poco antes de su actuación en el festival de Woodstock. Aunque hay pocos documentos sobre su estancia en la ciudad, se sabe que se alojó en el Hotel Al Madina y se cree que frecuentó el poblado de pescadores de Diabat. El ambiente bohemio, exótico y marítimo de la ciudad causó en él una honda impresión, a lo que también ayudó el descubrimiento de la música gnawa.
Sin duda, tres destinos muy distintos (Tánger, Casablanca y Essaouira) que, si vienes de Estados Unidos o te gusta la cultura americana, supondrán un atractivo añadido a tu viaje por Marruecos.