Durante buena parte del mes de marzo de 2025, Marruecos (al igual que el resto del mundo musulmán) se ve sumido en el Ramadán, con todo lo que ello implica. Pero este tradicional mes de ayuno lleva aparejado otro aspecto más agradable: su ruptura. En este post te contamos qué es y qué se hace en el iftar en Marruecos, para que tomes nota si coincide con tu viaje en este año o en cualquier otro en el futuro.
El iftar: la otra cara del Ramadán
Como seguramente sepas, el Ramadán es el mes del calendario musulmán en el que todos los creyentes deben practicar el ayuno, salvo excepciones como niños, ancianos y mujeres embarazadas. Y para ser más precisos, el ayuno diurno, es decir, desde que sale el sol hasta que se pone. No sólo deben abstenerse de comer, sino también de fumar y de mantener relaciones sexuales.
Sin embargo, desde que el sol se pone y se llama a la oración del anochecer (salat al maghrib), sí está permitido comer. Y a esa comida tan deseada por todos se la conoce como iftar, es decir, la cena de ruptura del ayuno.
Qué se hace en el iftar en Marruecos
Al tratarse de una cena tan deseada, el iftar en Marruecos se convierte en una celebración privada: los miembros de la familia o los amigos más cercanos se reúnen para romper juntos el ayuno y disfrutar de un agradable momento de compañía, donde el ambiente de contención del día se torna ahora en otro de alegría y buen humor. Tal apego y estima se tiene por este momento que la Unesco declaró el iftar como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2023.
Y como es lógico, esa reunión se realiza en torno a una mesa para degustar productos y platos típicos, que en muchos casos han sido preparados por los miembros de la familia que no estaban obligados a realizar dicho ayuno.
El primer alimento que los marroquíes suelen llevarse a la boca en el iftar son los dátiles: este fruto obtenido de las palmeras es uno de los más populares en todo el país, muy presente en todas las tiendas y supermercados y, además, protagonistas de moussems, como el de Erfoud. Además, su dulzura y su capacidad saciante lo convierten también en una opción ideal justo después de las largas horas de ayuno.
Tras los dátiles, el abundante y rico menú que se sirve en la mesa suele contar con algunos platos imprescindibles. Por supuesto, la harira: una sopa especial que, como te contamos en este otro post, se compone de ingredientes variados como tomate, garbanzos, ternera, fideos, aceite de oliva y especias para dar consistencia y sabor al caldo.
Tampoco falta el batbout, que es el pan tradicional de Marruecos, que puede comerse sólo o como acompañamiento de otros platos, pero también puede ir relleno de otros ingredientes, como verduras, pollo o atún, entre otros.
Además, en la mesa no faltan los dulces tradicionales que, tras el ayuno diurno, son aceptados de muy buena gana. Entre los más famosos está la chebakia, de la que también hablamos en este otro post, pero también otros como briwat o el stuf.
Por último, cabe preguntarse si una persona no musulmana puede vivir también el iftar en Marruecos. Y aunque resulta difícil por tratarse de celebraciones privadas, no es imposible: si tienes la suerte de tener un anfitrión que te pueda invitar a esta cena, podrás acudir a ella, pues no está restringida a personas musulmanas. Y son muchas las familias o grupos de amigos que se abren a compartir este momento con allegados que no profesan el Islam pero quieren ser parte de la cultura local.