Marruecos es un país de contrastes. No es una frase hecha. Y lo comprobarás en este circuito de Casablanca a Marrakech, con el desierto y las Ciudades Imperiales como grandes etapas. Paisajes llenos de paz donde no se ve un alma y centros históricos que bullen de gente. Altas montañas y profundos valles. Refinamiento artístico y austeridad artesana. Litorales marítimos impetuosos y ríos endorreicos que mueren sin llegar al mar. Serán nueve días para el recuerdo, y lo podrás disfrutar en exclusiva con tus seres queridos. Para ello, solo tendrás que reservarlo como grupo privado.
Las Ciudades Imperiales de Marruecos son aquellas que tienen una cosa en común: en algún momento de su pasado, fueron capitales del reino. Eso propició que se construyeran palacios reales y grandes monumentos, por lo que resultan fascinantes para cualquier viajero. Son cuatro: Rabat, Meknes, Fez y Marrakech. Pero además de estas cuatro, hay otras ciudades de enorme interés, por otros motivos, independientemente de su tamaño: Casablanca (la más grande del país), Chaouen (el pueblo azul), Ifrane (la Suiza marroquí), Rissani (con su parking de burros)… Y todas ellas, forman parte del programa de este circuito.
El desierto del Sahara tiene mil caras. Y en Marruecos ofrece una de las más espectaculares: las dunas de Erg Chebbi, en Merzouga. Hasta ellas nos desplazaremos para sentir el abrazo de su inmensidad y quietud. Además, en nuestro camino veremos otros paisajes naturales y salvajes, en estado puro. Ejemplo de ello es el Parque Nacional de Ifrane, con sus macacos de Berbería siempre al acecho. O las Gargantas del Todra, un cañón de paredes verticales que conquista a escaladores y no escaladores. O las cumbres (nevadas en invierno) del Alto Atlas, el ‘techo’ de Marruecos. Si te gusta la naturaleza, este circuito no te defraudará.
Este circuito son 9 días y 8 noches, con inicio en Casablanca y final en Marrakech. Para el transporte, un confortable vehículo privado conducido por nuestro chófer-guía. Y en el desierto, el medio mejor adaptado a él: dromedarios. Así es el día a día de este tour:
Al llegar al Aeropuerto de Casablanca – Mohammed V, nuestro personal os estará esperando en la terminal para daros la bienvenida y proceder con el traslado privado al hotel. La hora de aterrizaje determinará el posterior check-in y la posibilidad de que quede tiempo libre para disfrutar durante este día, antes de regresar para el descanso en las habitaciones.
Ya descansados del vuelo (a menudo largo) del día anterior, en esta segunda jornada empezamos a descubrir juntos los lugares más espectaculares de Marruecos. El primero de ellos lo encontraremos sin salir de Casablanca: en esta ciudad está la mezquita de Hassan II, con uno de los minaretes más altos del mundo (más de 200 metros). Lo interesante no es sólo su majestuosa arquitectura, en estilo neo-andalusí, sino que permite la entrada a los no musulmanes. Eso es una gran excepción en el país y una ocasión inmejorable para conocer sus espacios y los ritos asociados a la oración.
Después de conocer la mezquita de Hassan II, partiremos en viaje hacia Rabat, la capital. Su medina histórica, donde se ubicará vuestro riad en esta segunda noche, es una de las más genuinas, y en ella (o en sus inmediaciones) se encuentran los grandes monumentos de la ciudad: la kasbah de los Oudayas y la Torre Hassan. Además, aquí descubrirás algunos de los grandes símbolos de la nación, como el Mausoleo de Mohammed V y el Palacio Real, actual residencia del rey marroquí. Vuestra visita será libre, de modo que podréis organizaros la tarde según vuestras preferencias, integrando estos u otros lugares de interés en vuestro programa.
200 km separan Rabat de Chaouen, pero este viaje por carretera bien merece la pena: esta pequeña ciudad enclavada en las montañas del Rif cuenta con una de las medinas más bonitas del país. Recibe el apodo de ‘pueblo azul’ porque sus habitantes tiñen de este color las paredes exteriores de sus casas, creando un espectacular contraste con el blanco de la cal y el verde del entorno.
Podréis visitar Chaouen a vuestro ritmo, por vuestra cuenta. Y en ese recorrido no faltará la plaza principal, Uta el-Hammam, donde se ubica la kasbah (hoy museo). Pero vuestros pasos os pueden llevar sin un itinerario fijo por las calles tortuosas de la medina, entre tiendas de artesanía bereber, macetas de coloridas flores, rincones evocadores y miradores panorámicos. Y por la noche, un riad con mucho encanto será vuestro alojamiento.
Historia y cultura son las grandes protagonistas de la cuarta jornada de circuito, que comenzará nada más terminar de desayunar en el riad y hacer check-out. Emprenderemos ruta en dirección sur y nuestra primera parada será Volubilis, el recinto arqueológico de esta ciudad de fundación cartaginesa y posterior desarrollo romano.
Un paseo por estas majestuosas ruinas te hará conocer mosaicos, templos paganos y arcos de medio punto, algunos de ellos tan imponentes como el de Caracalla. Tras la conquista árabe fue capital del reino idrisí, pero las necesidades de crecimiento llevaron a la creación de una capital ex novo: Fez, donde concluirá la ruta de hoy.
Pero antes de llegar a Fez, visitaremos Meknes, otra ciudad que fue capital, en este caso en tiempos del sultán alauita Moulay Ismail, en el siglo XVII. Este monarca promovió sus grandes monumentos e infraestructuras, aún existentes hoy, aunque en diferentes niveles de conservación: palacio real, mausoleo, caballerizas, murallas en torno a la medina… Pasear por sus callejuelas supondrá una agradable sorpresa para el viajero, sobre todo por su ambiente popular y su arquitectura tradicional.
Como decíamos, la ruta no se detiene aquí sino que nos llevará hasta Fez. A la llegada, tendréis tiempo libre para una primera toma de contacto con esta ciudad, considerada aún el referente cultural y religioso del país.
La medina de Fez es la más grande del país pues, en realidad, son dos medinas en una: la vieja, llamada Fez el-Bali, y la nueva, conocida como Fez el-Jdid. Es por ello que se hace necesario dedicar un día entero a la exploración de esta ciudad tan interesante desde el punto de vista histórico, pero también popular.
Durante la mañana tendréis una visita guiada para descubrir los lugares más importantes, principalmente por Fez el-Bali. Aquí se concentran medinas antiguas, como la de Karaouine o la de los Andaluces. También madrasas cuya arquitectura es una apoteosis de madera, cerámica y yeso. Y mucho encanto tienen también los zocos y barrios donde bulle la vida de antaño, como el de los curtidores (Chowara) o el de los caldereros (Attarine).
Por la tarde tendréis tiempo libre de nuevo, así que podréis dar una vuelta por Fez el-Jdid (Palacio Real, mellah judío…) o simplemente daros un capricho en alguna tienda de artesanía, pues aquí trabajan los profesionales más reconocidos del país, especialmente ebanistas y ceramistas. Con toda seguridad, no faltarán buenos planes antes de regresar al riad a descansar por la noche.
El sexto día de circuito es el de mayor kilometraje, y eso implica que la ruta incluye numerosos lugares de interés para descubrir, con total contraste unos de otros: antes de cruzar las montañas del Medio Atlas conoceremos el Marruecos más húmedo, donde más llueve y nieva; y al pasar a la vertiente sur, llegaremos al final del día al rincón más árido e inhóspito del país, las dunas de Erg Chebbi, en Merzouga.
En el primer tramo de la ruta pasaremos por Ifrane, una ciudad vacacional, especialmente en invierno, cuando el entorno se tiñe de blanco por la nieve. Tras ello, atravesaremos el verde de los millones de cedros en el Parque Nacional de Ifrane, donde viven los macacos de Berbería: a buen seguro avistaremos algunos de estos monos en peligro de extinción.
Más adelante, iniciaremos el descenso por el Valle del Ziz, donde la aridez se hace cada vez más intensa. En Erfoud, las tiendas de fósiles y minerales llamarán nuestra atención, como lo hacen para los coleccionistas más avezados del mundo. Y poco después llegaremos a Merzouga, población que da nombre al desierto local.
Será entonces el momento de cambiar de medio de transporte: tomaremos dromedarios para recorrer las dunas de arena, guiados por un touareg conocedor del lugar. El objetivo es llegar al campamento de jaimas, donde tomaréis un té, cenaréis y dormiréis, envueltos en silencio y bajo un cielo repleto de estrellas… como han hecho toda la vida los nómadas bereberes en sus tiendas de lona, pero en este caso con el máximo confort.
La magia de las dunas se aprecia en cada momento del día. Lo habréis comprobado en el atardecer y en la noche cerrada del día anterior. Y en este séptimo día lo veréis al amanecer: ver cómo se enciende la mañana con las primeras luces del alba es un espectáculo que merece la pena conocer, por muy temprano que se produzca.
Tras ello, desayuno y regreso a Merzouga, de nuevo en dromedario. La ducha refrescante se tomará en el campamento de jaimas o en un hotel de esta población, dependiendo del paquete contratado. Y cuando estemos listos, volveremos a la carretera para proseguir la ruta.
Rissani será la primera localidad del itinerario. Famoso es su mercado semanal, al que acuden muchos lugareños en sus burros. Coincidamos o no con este evento sorprendente, resultará interesante pasear por la medina histórica, bien conservada y llena de vida, como antaño.
Tras ello, alcanzaremos el Valle del Dades, donde se suceden los palmerales y las pequeñas poblaciones con tierras de cultivo. También hay muchas fortalezas bereberes, pues forma parte de la Ruta de las Mil Kasbahs, antaño usadas para defender las rutas caravaneras que pasaban por aquí. Y muy cerca de aquí conoceremos las Gargantas del Todra, donde este río ha cincelado una estrecha hoz. La conoceremos desde abajo, junto al curso de agua, aunque muchos prefieren hacerlo desde lo alto, pues es un paraíso para escaladores.
Terminado el paseo, volveremos al coche para viajar hasta Ouarzazate, donde estará el hotel para la cena y el descanso de este día. Pero antes habrá tiempo para conocer la kasbah de Taourirt, quizás la más monumental de toda la ruta pues, además de castillo, fue palacio de la poderosa familia El Glaoui.
El octavo día es el penúltimo del circuito y el último al sur del Atlas: desde la mañana, la carretera irá ascendiendo hasta cruzar las montañas del Alto Atlas, por el puerto de Tizi n’Tichka.
De camino, resulta obligado detenerse en Ait Ben Haddou: se trata de una población fortificada que más parece de ciencia-ficción que del mundo real. De hecho, la usan mucho para ambientar películas y series, como Juego de Tronos. Sus altas murallas, con torres almenadas, son el mejor ejemplo de la arquitectura militar y popular bereber, a base de adobe.
Otra kasbah monumental y típicamente bereber es Telouet, a la que solemos dedicar un tiempo si su situación lo permite, pues sufrió daños estructurales durante el terremoto de 2023. Poco después de esta kasbah se corona puerto y se desciende por valles más fértiles, entre pequeños pueblos y granjas, y con altas cumbres como telón de fondo.
Al llegar a Marrakech, tendréis tiempo libre para empezar a saborear esta majestuosa ciudad. Será después del check-in en el riad, que se encontrará en la medina, lo que facilitará cualquier desplazamiento a pie por el centro.
En este noveno día, llega a su fin este circuito de Casablanca a Marrakech, por el desierto y las Ciudades Imperiales. Pero aún os tendrá reservado un plan importante: la visita guiada por el centro histórico de Marrakech, fundamental para conocer y entender la importancia de la conocida como ‘ciudad roja’ por el color de sus murallas y monumentos. Ese rojo está en la mezquita Koutoubia, en la plaza de Jemaa el-Fna y en otras muchas construcciones que descubriréis junto a nuestro guía. Y no faltarán otros lugares que éste considere relevantes para el recorrido, como el Palacio Bahia o la madrasa de Ben Youssef.
Debido a que seguramente vuestro vuelo despegará por la tarde, no quedará mucho tiempo para disfrutar de manera libre tras la visita, aunque si tenéis un rato valdrá la pena hacer alguna compra típica en los zocos del centro o acudir al Gueliz para conocer el Marrakech moderno.
A la hora acordada y en el punto establecido, os recogeremos para hacer el traslado privado hacia el aeropuerto de Marrakech, donde terminarán nuestros servicios, aunque con la esperanza de repetirlos en otros circuitos en el futuro.
A continuación puedes comprobar todos los servicios que están incluidos en el paquete de viaje y que se centran, sobre todo, en el transporte, el alojamiento, las dietas y las actividades:
Dejamos los siguientes servicios fuera del paquete para que cada cual pueda elegirlos según sus preferencias:
Rellena el formulario con tu información, sé específico con el circuito en el que estás interesado y también si quieres personalizarlo de alguna forma.
Te responderemos lo antes posible.