Si te das una vuelta por nuestro blog, descubrirás artículos que desentrañan la gastronomía marroquí para que puedas degustarla con conocimiento de causa durante tu viaje. Y más específicamente, para disfrutar de la repostería local, con delicias como la chebakia o la pastela de leche. Ahora le toca el turno al cuerno de gacela, uno de los dulces más dulces, valga la redundancia. Te explicamos en qué consiste y cómo se prepara.
Qué es el cuerno de gacela. Diferencias con el mazapán
El cuerno de gacela se llama así en un alarde de imaginación: son dulces pequeños que adoptan esta sugerente forma, puesto que en un momento concreto de su proceso de elaboración se deben cerrar a modo de empanadilla, dando ese aspecto tan inconfundible. Más concretamente, su borde aserrado, que puede recordar a las ondulaciones de la cornamenta de este antílope.
Como sugeríamos en el título, se les puede considerar un equivalente del mazapán español, por su tamaño, color y gusto, fuertemente dulce. Sin embargo, los ingredientes no son exactamente los mismos. Si tomamos como referencia el mazapán de Toledo, los ingredientes son muy simples: almendras y azúcar, en una proporción de 50% cada uno. Y esa pasta resultante se hornea hasta dar con el mazapán final.
Sin embargo, el cuerno de gacela de Marruecos incorpora más ingredientes, que le dan matices distintos y una textura diferente también. Una receta estándar de este dulce incluiría almendra picada y azúcar, como en la española, pero también canela molida, agua de azahar, harina, sal y mantequilla. En algunos casos, se añade azúcar glas, sésamo y otros ingredientes.
Además, en el caso del cuerno de gacela, lo que nos recuerda al mazapán es su relleno, que va envuelto en una especie de bolsa fina hecha con la mencionada harina, lo que le da un toque más consistente y robusto, y también algo más grande.
¿Cómo se hacen los cuernos de gacela? Algunas claves
Sin pretender convertir este artículo en una receta de cocina, resulta interesante saber cuáles son los pasos que se siguen para elaborar un cuerno de gacela. El primero es preparar el relleno, comenzando por los polvos de almendra triturada. En este caso, no importa si dicha pasta contiene algún grumo, pues para muchos comensales resulta agradable encontrar trocitos de este fruto seco.
Tras ello, se añade el azúcar, la canela y el agua de azahar para conformar una pasta dura y terrosa al principio, pero más oleosa tras ligar bien los ingredientes, pues la almendra suelta su propio aceite. Esa es precisamente la ventaja de triturar en casa las almendras, pues comprarlas ya trituradas reduce esa capacidad para ligar por contener menos aceite.
Por otro lado se trabaja la masa, a base de harina tamizada, la sal, el agua de azahar y la mantequilla. Para que quede bien fina, se recomienda usar un rodillo, a trabajar sobre una tabla enharinada, dando como resultado láminas redondas.
A continuación se realizan pequeños rulos del relleno (unos 7 cm de largo), se introducen en la lámina de la pasta y se cierra bien. Después, se introducen en el horno en una bandeja, para hornearse a una temperatura de 180º durante unos 20 ó 25 minutos.
Y ahora que ya sabes qué es y cómo se hace el cuerno de gacela, sólo te queda lo más importante: probarlo. Pero eso no será difícil: este dulce suele estar presente en la mayoría de pastelerías y puestos de la medina, apilados en montañitas junto a otras confecciones típicas del país… que desentrañaremos en otros posts de este blog. Toda una tentación para los sentidos que te recomendamos probar durante tu estancia en el país.