Comer tajín en Marruecos: lo que debes saber

Durante tu viaje a Marruecos, ya sea privado, compartido o por libre, no deberías dejar pasar la oportunidad de probar la deliciosa gastronomía local. Muy diferente a la occidental, y precisamente por eso, muy atractiva. En este post te hablamos de uno de los platos nacionales del país: el tajín, también llamado tayín o tajine. A continuación te mostramos todo lo que debes saber antes de lo más importante: llevártelo a la boca para disfrutarlo.

#1. Cómo se hace un tajín

Lo que caracteriza al tajín son los utensilios empleados para su elaboración: un plato de barro, una tapa cónica con salida de vapor y todo ello, sobre un hornillo de barro o brasero. No tardarás en reconocerlo: ¡son inconfundibles! Y, por qué no, pueden ser un bonito souvenir para traer de vuelta a casa, pues se venden por doquier en los zocos.

#2. Qué lleva un tajín en Marruecos

Es una cuestión que no se resuelve con una única respuesta, puesto que el tajín en Marruecos puede estar hecho con ingredientes muy distintos. Son platos estofados a cocción lenta, aunque los ingredientes que actúan como base de la receta se sofríen previamente (verduras tales como ajo, cebolla, pimiento…). Estos tajines pueden ser, por ejemplo, de:

  • Pollo
  • Pescado (sardinas, atún)
  • Cordero
  • Ternera
  • Verduras y legumbres (garbanzos, guisantes, zanahorias…9

#3. Es un plato bastante batallero

Es decir, se come a menudo a pie de calle, puesto que algunos puestos los cocinan así, a modo de street food. Para comerlos, basta una pequeña mesa plegable y una cuchara. Por ello, son platos rápidos que la población local come cuando no tiene mucho tiempo… aunque también están presentes en la carta de restaurantes más refinados, por supuesto.

#4. La tapa cónica, la clave

Puede resultar extraño que un estofado resulte un plato batallero ‘de calle’. Pero esto es posible porque su elaboración permite que se mantenga en su punto en todo momento. Por un lado, su cocción lenta sobre el hornillo hace que no se pegue ni se pase. Y por otro, la tapa cónica permite que los alimentos mantengan su jugosidad ideal, puesto que una parte del vapor se pierde por su chimenea, pero la otra se mantiene en las paredes interiores de la tapa, precipitándose para volver al plato.

#5. El aroma inconfundible de las especias

Si el sofrito de verduras y la cocción lenta son importantes, no lo es menos el toque especial de especias. Lo más sencillo y habitual es utilizar ras el hanout, la mezcla típica del país que es distinta en cada cocina. Además, se le puede dar un toque dulce con miel o frutas, por ejemplo. Pero lo que es seguro es que el aroma que saldrá de esa chimenea mágica te atrapará nada más percibirlo.

#6. Prepárate para levantar la tapa y dejarte llevar

Aunque su aroma se percibe aún con la tapa cerrada, debes estar preparado para el momento mágico e importante: cuando se levanta la tapa y esa nube de aroma llega aún más potente a tu nariz. En ese momento verás también por primera vez el aspecto de tajín. Y nuestra recomendación es que te dejes llevar por tu intuición: los mejores y más sabrosos a veces nos engañan, mientras que los que mejor aspecto tienen quizás están así porque aún les falte un poquito de cocción.

#7. Mejor con khobz

El tajín se suele servir con khobz, es decir, el pan típico de Marruecos (aunque también es común en otros países del mundo árabe). Se trata de un pan plano y crujiente que puedes emplear para ayudarte a ingerir el tajín, adquiriendo así la textura perfecta para el plato: ni demasiado duro ni excesivamente caliente.

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