Aparcamiento de burros en Rissani: ¿dónde está y cómo es?

Puede que hayas visto alguna vez la fotografía del aparcamiento de burros en Rissani. Se trata de una imagen muy viral entre los turistas de Marruecos. Tan llamativa que cabría preguntarse: ¿Es real o es un fake? ¿Realmente existe este singular parking? Y desde luego que sí: se trata de una de las muchas escenas tradicionales y costumbristas que perviven en este país. En este post te contamos más detalles, por si tienes curiosidad de venir a presenciarla en persona, teniendo en cuenta que muchos de nuestros circuitos hacia el desierto de Merzouga pasan precisamente por aquí.

Dónde está exactamente este parking

El aparcamiento de burros de Rissani se encuentra en pleno centro de esta pequeña ciudad, ubicada a las puertas del desierto de Merzouga. Concretamente, se ubica junto al mercado central. Se trata de una explanada sin perimetrar, de modo que estos animales son discretamente amarrados al suelo o a otro soporte con el fin de que no se escapen.

Esta explanada, por tanto, está siempre abierta, pero es en los días de mercado cuando la zona se llena de bullicio y, por tanto, podrás ver la auténtica concentración de burros, aguardando pacientemente a sus dueños, desplazados hasta aquí para sus quehaceres en el mercado cercano. Salvo cambios o fechas especiales, los días de mercado en Rissani son los martes, jueves y domingos.

Por qué un aparcamiento de burros en Rissani

Se puede decir que hay un mercado de burros en Rissani por dos motivos. El primero, porque los lugareños siguen utilizando este animal como medio de transporte. Es ecológico y económico, y admite una generosa carga, suficiente para llevar los productos que se adquieren en el mercado cercano.

Y el segundo motivo es que, además de ser un parking, es también un lugar de mercadeo: los propietarios que desean vender su burro lo traen aquí y lo muestran a los potenciales clientes, que de esta manera tienen un contacto directo con el animal para conocer sus características: peso, altura, edad aparente, docilidad, etc.

Además, cabe recordar que los mercados de animales están a la orden del día en los pueblos y pequeñas ciudades de Marruecos. Sin ir más lejos, justo al lado de este parking y del mercado, hay un recinto perimetrado que es precisamente el mercado de animales. En él, el espacio se divide en calles compartimentadas, bajo techumbre, donde se venden vacas, ovejas o cabras.

Rissani: ecos de un próspero comercio pasado

Hablar de Rissani es hablar de comercio, pues su punto álgido llegó entre los siglos XIV y XVIII, cuando era una importante parada en las rutas caravaneras que vendían aquí sus productos en el mercado, el primero que aparecía en la ruta después de cruzar el inhóspito Sahara. Ya en aquel entonces se llevaban animales para su venta, pero también otros productos y materias primas tan variadas como oro y esclavos. 

Es por ello que esta ciudad sigue apreciando la actividad comercial, y su mercado es considerado uno de los más antiguos del país, con gentes dotadas para la negociación y el regateo, así como una enorme variedad de artículos en venta: desde especias a frutas, pasando por piezas de cerámica y cestería, todo ello en puestos desmontables que crean un ambiente de lo más sensorial, especialmente por el colorido, el sonido y el aroma que denotan tradición y artesanía.

Así que, teniendo en cuenta esta arraigada tradición del uso, cuidado y comercio de animales, no es de extrañar que muy cerca de aquí otro animal siga teniendo plena vigencia: el dromedario en Merzouga, que es el medio de transporte ideal para llegar hasta las dunas de Erg Chebbi, como podrás comprobar en nuestros circuitos.

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