Desde que pones pie en suelo marroquí y te recogemos en el aeropuerto, nuestro circuito se convierte en un roadtrip para el recuerdo. Por eso, en este post te contamos cuáles son las carreteras más bonitas de Marruecos, esas que tienen tramos realmente espectaculares, con panorámicas y paisajes que sólo se pueden disfrutar en coche. Y recuerda que todos nuestros viajes emplean vehículos con todas las comodidades y chófer profesional.
La carretera de las curvas
Es probablemente la carretera más famosa de Marruecos y un claro ejemplo de que el camino puede convertirse en un atractivo turístico en sí mismo. Se trata de un tramo de la carretera R704, que recorre el Valle del Dades y en en este punto, donde las gargantas se hacen especialmente escarpadas e intrincadas, la carretera se vuelve extraordinariamente serpenteante. Inmortalizarla desde lo alto se ha convertido en una tradición entre los ruteros que se desvían de los caminos más rectos y trillados y encuentran la belleza más sencilla en curvas y zig zags como estos.
Puerto de Tizi n’Tichka
Es el paso natural para atravesar el Alto Atlas, entre Marrakech y Ouarzazate. En este punto, la carretera asciende hasta 2.260 metros de altitud, aproximadamente, lo que propicia unas magníficas vistas panorámicas del entorno, con cumbres nevadas incluidas, hasta bien entrada la primavera. Además, es interesante comprobar el contraste entre las húmedas laderas del norte con las áridas del sur. Tomarse algo en la sencilla cafetería del puerto ayudará a saborear mejor este momento en el que tendrás el cielo marroquí más cerca que nunca.
Un palmeral infinito
El Valle del Draa está considerado el oasis más grande de todo el norte de África: se compone de un palmeral continuo de más de 100 km, flanqueando el río Draa. Y como es lógico, la carretera N9 aprovecha el fondo del valle para un trazado más adecuado para los coches. Por ello, circular por aquí es toda una experiencia geográfica y turística, pues las palmeras dejan entrever de vez en cuando pueblos humildes e históricas kasbahs hechas en adobe, en un contraste de lo más sugerente.
Un bosque bien tupido de cedros
Si recorrer kilómetros entre palmeras es una experiencia, no lo es menos hacerlo entre cedros del Atlas, pues está considerado uno de los árboles nacionales de Marruecos. Por ello, atravesar el principal bosque de este tipo en el país, ubicado en los alrededores de Ifrane y Azrou, supondrá conocer desde dentro estas coníferas que tan presentes están en la arquitectura de Fez y de otras muchas ciudades locales. Además, supone una ocasión para descubrir in situ cuál es el hábitat natural del macaco de Berbería, especie autóctona en peligro de extinción y que a menudo se deja ver no muy lejos de la carretera.
Pistas de París-Dakar
Hasta ahora, todos los tramos a los que hemos hecho mención son carreteras asfaltadas. Pero en el desierto del Sahara, hay lugares donde no queda más remedio que salirse de ellas y circular por pistas de tierra. Y eso supone también una experiencia llena de encanto: con vehículos todoterreno, nos adentramos en pistas que antaño formaron parte del rally París-Dakar, que llevan por lagos desecados, minas de kohl abandonadas y antiguos poblados bereberes y franceses, donde la noción del tiempo, la distancia y la velocidad adquieren otra dimensión.
Estas son sólo algunas de las carreteras más bonitas de Marruecos. Y como ves, todas son por el interior, en ambientes tan distintos como la alta montaña, el desierto profundo o los bosques más frondosos. Pero si quieres conocer otros tramos con encanto al borde del mar, puedes leer nuestro blog para encontrar inspiración.