Si dormir en el desierto es todo un lujo, no lo será menos el despertar: si os levantáis temprano, antes que el sol, disfrutaréis de un espectacular amanecer. Contemplar cómo los primeros rayos del día emergen del horizonte y se posan sobre la arena de las dunas es un momento único, mágico, inolvidable.
Tras ello, el desayuno y el regreso a Merzouga, donde habíamos dejado aparcado nuestro vehículo. La ducha de esta mañana se podrá tomar en un hotel de dicha localidad o bien en el campamento de jaimas, según el paquete contratado. Y poco después de reanudar la marcha, haremos una breve parada en Rissani: es una pequeña ciudad con una medina llena de encanto y, en días de mercado, rebosa vida y escenas costumbristas.
Después de conocer Rissani, nos alejaremos del desierto para adentrarnos en el Valle del Dades, uno de los valles que se extienden entre el Sahara y el Atlas. Aquí o en sus alrededores hay muchos lugares de interés, como por ejemplo las Gargantas del Todra: un cañón labrado por el río del mismo nombre, con paredes que hacen las delicias de los escaladores y de los amantes de la naturaleza en general.
Un poco más adelante de la ruta, llegaremos al Valle de las Rosas, uno de los rincones más coloridos del sur de Marruecos cuando llega la primavera. Será la antesala de la última parada del día: la kasbah de Taourirt, ya en Ouarzazate. Fue el castillo-palacio de los Glaoui, y su arquitectura defensiva en el exterior y residencial en el interior así lo testimonian.
Sin salir de Ouarzazate estará el hotel de esta jornada, donde una cena reconstituyente y un descanso reparador os estarán esperando.
Resumen de la jornada
- Amanecer en las dunas de Erg Chebbi
- Desayuno en campamento de jaimas en Erg Chebbi
- Regreso a Merzouga en dromedario
- Ruta por carretera por el Valle del Dades:
- Rissani
- Gargantas del Todra
- Valle de las Rosas
- Ouarzazate: kasbah de Taourirt
- Cena y noche en hotel en Ouarzazate