¿Sabes qué es un mellah? ¿Cuáles son los principales ejemplos en Marruecos? Ese es el objetivo de este post, siguiendo la línea divulgativa de los artículos dedicados a otros aspectos de la arquitectura y el urbanismo marroquí: kasbahs, riads, medinas… Toma nota porque no son muchos los que quedan y su interés histórico y religioso puede animarte a descubrirlos.
Los judíos en Marruecos
Marruecos es, probablemente, el país musulmán que mejor relación tiene con el pueblo judío, con el que ha tejido una situación de convivencia desde hace muchos siglos. Se considera que su llegada a este territorio (la antigua Mauritania Tingitana) se remonta al siglo I d.C, tras el éxodo que siguió a la destrucción del segundo Templo de Jerusalén, en tiempos del emperador romano Tito.
Cierto es que en la actualidad quedan muy pocos residentes (no más de 5.000, según algunas estimaciones), pero eso se debe más bien a la Aliá, es decir, la migración masiva de judíos al nuevo estado de Israel desde su proclamación en 1948. Por ello, todavía hoy se mantienen sinagogas y locales kosher que dan servicio a esta pequeña comunidad judía, así como a los turistas de esta religión.
Mellah: el barrio judío en Marruecos
La población judía vivió tradicionalmente en barrios separados, dentro de la medina o fuera de ella, pero casi siempre cerca de las clases dirigentes, en especial el sultán. Esto fue así por la alta preparación de los miembros de esta comunidad, lo que les llevaba a desempeñar cargos estratégicos como médicos o banqueros.
La mencionada separación solía realizarse mediante una cerca o muralla, y las entradas a dicho recinto estaban vigiladas por guardias del sultán. En dichos mellah o barrios judíos, la población no sólo residía sino que también desempeñaba labores profesionales muy variadas, incluyendo talleres de orfebrería y actividades comerciales más cotidianas.
Así ocurrió, al menos, hasta el siglo XIX. En la centuria siguiente, en cambio, la ampliación urbanística de las ciudades con las llamadas “ville nouvelle” o ensanches hizo que muchos judíos se trasladaran a esos barrios nuevos, con mayores comodidades.
Principales mellah de Marruecos
El mellah de Fez está considerado el más importante de todos, nutriéndose de numerosos judíos expulsados de la península ibérica. Y de hecho, se puede considerar el origen de todos, incluido su nombre: mellah se podría traducir como salina y el barrio judío adoptó este nombre porque se desarrolló sobre una de esas salinas. Por suerte para el visitante, pasear por este mellah aún supone una experiencia cultural muy interesante, pues conserva una arquitectura típica, con fachadas de grandes balconadas de madera.
Otro mellah que cabe destacar es el de Essaouira, que alojó a una de las comunidades judías más numerosas e importantes de Marruecos. Este barrio alberga lugares visitables que suponen un auténtico atractivo turístico para los viajeros, como por ejemplo sus sinagogas (Slat Lkahal, Simon Attias, Bel Hazal o Chaim Pinto) o su espectacular cementerio.
También merece la pena destacar el mellah de una ciudad pequeña y poco turística, pero atractiva para los viajeros interesados en la cultura judía. Es el mellah de Azemmour, que llegó a albergar a unas 2.500 personas en el siglo XVI, según algunas estimaciones. Su lugar más emblemático aún se conserva: el santuario de Rabbi Abraham Moul-Niss, rabino venerado en su lugar de enterramiento.
Además de estos tres mellah, se puede seguir el rastro de otros barrios judíos de Marruecos, como por ejemplo en Rabat o Tetuán. No obstante, en la actualidad estos barrios han perdido su función original y la mayor concentración de ciudadanos judíos se da hoy en Casablanca, la ciudad más poblada del país.