Si dormir es un auténtico placer en Erg Chebbi, despertarse no lo es menos. Sobre todo para quienes madrugan y consiguen ver las primeras luces del amanecer, pues adquieren una intensidad y color sin igual en las suaves ondulaciones de las dunas.
Después del desayuno, procederemos al regreso a Merzouga, en dromedario o todoterreno. Antes o después de ese momento, tendréis tiempo para una ducha refrescante: en el campamento de jaimas o en un hotel concertado, según el paquete contratado.
De nuevo en el asfalto, la ruta nos llevará ahora por Erfoud, famosa entre los marroquíes por sus dátiles, y entre los extranjeros por sus fósiles y minerales. Sus numerosas tiendas y talleres dan buena cuenta de ello.
Lo siguiente será adentrarse en el Valle del Dades, el otro gran sector de la Ruta de las Mil Kasbahs. Es aquí donde se ubica un pequeño valle adyacente, el del Todra, famoso por sus Gargantas rocosas que en nada tienen que envidiar a otros cañones del mundo. Aquí, las paredes superan los 100 metros en muchos puntos y sólo los escaladores más experimentados se atreven con ellas. En nuestro caso, un agradable paseo será suficiente para admirar su singularidad.
De vuelta al Valle del Dades y kilómetros más adelante, detendremos nuestra ruta para cenar y descansar en un riad con encanto.
Resumen de la jornada
- Amanecer en las dunas de Erg Chebbi
- Desayuno en campamento de jaimas
- Regreso en dromedario a Merzouga
- Continuación de la ruta por carretera:
- Erfoud
- Gargantas del Todra
- Valle del Dades
- Cena y noche en riad en el Valle del Dades