En un post anterior explicábamos el concepto de kasbah: materiales, estilo, etc. Pero ahora toca entender qué es la Ruta de las Mil Kasbahs, pues la verás mencionada en nuestros circuitos, en guías sobre Marruecos y otros lugares. Sigue leyendo y descubrirás por qué se trata de una de las zonas que más fascina a los viajeros extranjeros.
¿Por qué de las “mil kasbahs”?
Un bonito eslogan turístico, con un gran poder evocador, no exento de una cierta exageración. Eso es la Ruta de las Mil Kasbahs. Como es lógico, no son exactamente mil las kasbahs que hay en la ruta, pero sí son muchísimas, lo que da pie a utilizar ese término.
Estas numerosas kasbahs jalonan los valles presaharianos, es decir, los valles que han formado diferentes ríos al sur del Atlas: nacen en fuentes naturales ubicadas en la ladera sur de esta cordillera y forman largos valles, en muchos puntos convertidos en auténticos oasis. En muchos casos son ríos endorreicos, es decir, que no tienen salida al mar, sino que acaban ‘muriendo’ en el desierto.
Esos valles son, principalmente, los Valles del Draa, del Dades, de las Rosas, del Ziz y del Todra. Y desde tiempos inmemoriales, conformaron las vías naturales más propicias para las rutas caravaneras que conectaban Marrakech con diversos puntos al otro lado del Sahara, como Tombuctú. En dichas rutas fueron surgiendo poblaciones bereberes cuya actividad principal eran los servicios a dichas rutas comerciales. Y en torno a ellos se construyeron kasbahs de carácter defensivo.
Itinerario y principales kasbahs
Aunque se habla de manera genérica de la Ruta de las Mil Kasbahs, no hay un itinerario preestablecido. Y dado el gran tamaño de los mencionados valles, se pueden recorrer diferentes tramos, cambiando de un valle a otro mediante distintos pasos naturales.
Para los más interesados en esta ruta, el itinerario ideal sería el circular, con punto de partida y de llegada en Ouarzazate, y tomando como extremo contrario la localidad de Rissani. De esa manera, algunos de los hitos clave en el recorrido serían:
- Ouarzazate: kasbah de Taourirt
- Valle del Dades: kasbah de Tinghir (o Tinerhir)
- Valle del Ziz: kasbah de Rissani
- Valle del Draa: kasbah de las Artes y kasbah des Caids (Agdz), kasbah Takatarte (Tinfoula)
Y fuera de ese recorrido circular, de camino desde Ouarzazate hacia las laderas del Atlas, se pueden visitar otras dos kasbahs de gran interés: Ait Ben Haddou, que en realidad es un ksar (poblado fortificado) en torno a una kasbah, y la kasbah de Telouet, bastión de la familia El Glaoui.
Cómo llegar a la Ruta de las Mil Kasbahs
Para llegar hasta la Ruta de las Mil Kasbahs tienes dos grandes opciones. La primera de ellas, que es la más habitual, es viajar desde Marrakech por carretera. Se trata de un trayecto de unos 200 km, con una duración de 3 horas y media, aproximadamente, puesto que se ha de cruzar la cordillera del Alto Atlas por el puerto de Tizi n’Tichka. Esta opción es la más habitual en circuitos por el sur de Marruecos y tiene la ventaja de que, de esta manera, la expedición pasa por Ait Ben Haddou (Patrimonio Mundial de la Unesco) y, con un pequeño desvío, por la extraordinaria kasbah de Telouet.
La otra opción es más directa: en avión hasta Ouarzazate. El aeropuerto de esta ciudad no es uno de los más grandes del país, pero se está promoviendo su uso para vuelos turísticos. Por ello, hay rutas directas con ciudades europeas como Madrid, Barcelona, París o Marsella, entre otras, así como vuelos nacionales procedentes de Tánger o Casablanca (el catálogo de rutas puede sufrir modificaciones por decisión de las aerolíneas).
