El cuarto día de circuito tiene dos grandes hitos naturales: las Gargantas del Todra y las dunas de Erg Chebbi. Al poco de reanudar la marcha llegaremos a las primeras, para las que es preciso descender una zigzagueante carretera. De esa manera llegaremos al fondo del cañón, que cuenta con un estrecho desfiladero tallado por la erosión del río Todra. Pasear por aquí resulta muy especial, y también escalar sus paredes, que superan los 100 metros en muchos puntos.
Tras visitar las Gargantas del Todra y regresar a la carretera principal, llegaremos a Erfoud, una ciudad amada por los marroquíes por la calidad de sus dátiles, y en el radar de muchos extranjeros por los fósiles y minerales que aquí se pueden conseguir, en algunos casos de épocas tan antiguas como el Cretácico.
Poco después aparcaremos en la cercana Merzouga, pero el trayecto del día no habrá acabado aún. Al contrario, queda lo mejor: el paseo en dromedario (sustituible por todoterrenos) que nos llevará por las dunas de Erg Chebbi hasta el campamento de jaimas, en el corazón de las dunas. Las luces del atardecer envolverán la travesía por estas suaves ondulaciones de arena fina.
El broche final del día llegará en el campamento, con té, cena, hoguera, cielo estrellado y tiendas de lona tradicionales donde dormir adquiere otra dimensión.
Resumen de la jornada
- Desayuno en el riad
- Continuación de la ruta por carretera:
- Gargantas del Todra
- Erfoud
- Llegada a Merzouga
- Paseo en dromedario por las dunas de Erg Chebbi
- Cena y noche en campamento de jaimas en Erg Chebbi